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A la sombra del mantengo: los Ferré Rangel

17 de octubre de 2012 

Redacción, EL VOCERO

Que quede claro para el lector que no permitiremos que los Ferré Rangel nos intimiden, censuren o clausuren. En los próximos días revelaremos cómo operan las empresas Ferré Rangel.
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Editorial:

En el día de hoy, EL VOCERO DE PUERTO RICO ha sido víctima del ataque más vil y bajo que jamás haya sufrido. El Nuevo Día, uno de los tentáculos del Grupo Ferré Rangel, ha lanzado una primera plana en la que levanta una serie de acusaciones, cuya característica principal es la hipérbole y la mentira. ¿Por qué este ataque? Bien sencillo: desde que EL VOCERO decidió convertirse en un periódico gratuito, su crecimiento y penetración en el mercado ha sido increíble. En poco tiempo hemos masacrado las ventas de los periódicos Ferré Rangel en la calle y sustancialmente en los puestos. Es evidente que le estamos dando por donde les duele porque nos hemos convertido en una verdadera amenaza a sus intereses comerciales. No hay mejor ejemplo de eso, sino ver cómo los anunciantes—el oxígeno de todo periódico—han incrementado sus pautas en EL VOCERO y han bajado sus pautas en la publicaciones de ellos. Ante este embate, en vez de mejorar su producto, los Ferré Rangel han recurrido a su vieja arma: destruir a la competencia, “by any means necessary”. Primero, lanzaron una campaña publicitaria contra EL VOCERO que se destacó por su bajeza y por ser de pobre calidad. Hace poco se vieron forzados a también sacar un periódico gratuito. Pero, eso no les ha funcionado. Por ende, de repente, vemos como los Ferré Rangel recogen un refrito de noticias que vienen circulando por meses—una de ellas publicada en el desprestigiado periódico “Daily Star”, distribuido por Distribution Integrated Services, otro de los tentáculos de los Ferré Rangel—y la amplían y la tergiversan aun más. Esta es la realidad: Caribbean International News Corp., la matriz de EL VOCERO, no tiene contrato alguno con el gobierno. No ha recibido, ahora ni nunca, dinero alguno de consorcios municipales. Si es cierto que esta compañía ha enfrentado y sigue enfrentando, problemas económicos. La década del 2000-2010, fue bien fuerte para la economía local, y EL VOCERO sufrió los embates que a tantos ha afectado. Ante esta dura y cruel realidad económica, tanto la administración del Partido Popular Democrático (PPD) bajo Aníbal Acevedo Vilá, como la del Partido Nuevo Progresista (PNP), con Luis Fortuño, han hecho lo que han podido para poder ayudar, no a EL VOCERO, sino a los cientos de buenos boricuas que aquí trabajan. Lo que también es cierto es que otras compañías que le suplen servicios a EL VOCERO han creado literalmente cientos de empleos, la inmensa mayoría de ellos, a personas previamente desempleadas a medida que nuestra empresa va corrigiendo los errores del pasado.

No puedo concluir sin recordarles que ya la semana pasada EL VOCERO fue atacado virulentamente por todo el liderato del PPD. Claro, que dicho liderato no pudo controvertir ni un dato de lo que publicamos. Sin embargo, notamos que los Ferré Rangel hicieron algo el pasado lunes que aquí en EL VOCERO está vedado: endosaron abiertamente el plan económico de uno de los candidatos a la Gobernación. No es casualidad que ese aspirante sea Alejandro García Padilla. No obstante, en su ataque, los Ferré Rangel nos acusan de “abiertamente” apoyar al gobierno de turno. Eso es curioso, porque nuestros periodistas se llevaron el grueso de los premios otorgados por la Overseas Press Club (OPC) y la Asociación de Periodistas de Puerto Rico (Asppro). Ahora, ¿dirán que la OPC y la ASPPRO también están parcializadas con el gobierno? ¿O es que como EL VOCERO presenta noticias que los Ferré Rangel omiten o tergiversan, les ha dolido lo que hemos hecho y seguiremos haciendo? Nuestros columnistas cubren toda la gama política en Puerto Rico, desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda. Ninguna otra publicación ofrece tal selección. Así que quede claro para el lector, que no vamos a permitir que los Ferré Rangel nos intimiden, censuren o clausuren. Y para demostrárselos, continúen leyéndonos, que en los próximos días les revelaremos cómo es que los Ferré operan. Nuestra suerte, como siempre ha sido, queda en sus manos. Confiamos en que ustedes, nuestros lectores, sabrán distinguir lo que es periodismo de excelencia y lo que es una patraña elucubrada por una oligarquía que no sabe cómo competir en el mercado abierto.

Lcdo. Peter W. Miller

Presidente

Nota del editor:

Esta es la primera historia de una serie periodística en la que EL VOCERO investigó y descubrió los múltiples excesos del Grupo Ferré Rangel en su afán por generar mayores riquezas a cuenta del pueblo de Puerto Rico para mantener su emporio mediático desde el cual por décadas han intentado controlar los destinos de Puerto Rico a través de la influencia que ejercen sobre las distintas administraciones gubernamentales y los partidos políticos. EL VOCERO culminó la investigación hace escasamente un día. Se tomó la determinación de adelantar la serie en nuestra edición digital y en el portal electrónico al constatar que nuestro principal competidor publicará una investigación contra nuestra empresa que parte de medias verdades y falsedades difundidas hace más de dos meses por el periódico intermitente de Gerry Angulo y por múltiples sitios en la Internet, con el único afán de intentar detener el arrollador impulso que lleva EL VOCERO desde que se determinó convertirse en una publicación gratuita. Solo es preciso ver las voluminosas montañas de periódicos de El Nuevo Día y Primera Hora que se quedan en los estantes de los establecimientos y en los semáforos sin que nadie quiera comprarlos. Se entiende la desesperación representada también en una campaña publicitaria baja que demostró la calaña de sus empresarios, la misma que tuvieron que retirar para poder publicar una publicación gratuita que tampoco ha logrado despuntar. El público ahora podrá conocer una cara que no conoce de una las familias más acaudaladas de Puerto Rico.

Redacción

El Vocero

En junio de 2002, 28 jefes de agencias gubernamentales se comprometieron por escrito en colocar por el siguiente año una “inversión mínima” de $3.7 millones en anuncios en el diario El Nuevo Día. Menos de un año más tarde 27 de estas agencias volvieron a entrar en un compromiso idéntico por otro mínimo de $2 millones en anuncios con otra publicación del Grupo Ferré Rangel, el diario Primera Hora, el cual en aquel momento estaba luchando por establecer su mercado.

La importancia, o siquiera la necesidad para los contribuyentes, de esta costosa campaña publicitaria en un momento de recesión económica tras el ataque del 9-11 es un tema que no toca ni aclara ninguno de los dos contratos hechos bajo la sombrilla de La Fortaleza de la entonces gobernadora Sila M. Calderón. Con ambos acuerdos, el gobierno le garantizaba a estos dos diarios un ingreso mínimo pero no les imponía un tope. Por el contrario, dejaban el tope abierto pero sujeto a un pequeño descuento adicional. Otra ventaja del contrato para ambas partes es que al no tener que definir el máximo el acuerdo entorpeció cualquier futuro esfuerzo de fiscalizar cuánto dinero estaba gastando el erario en pautas de anuncios durante este período.

Pese a ser inusual en términos de cómo opera la industria, estos acuerdos son ejemplo de cómo en una década algunas de las tácticas del Grupo Ferré Rangel rompen con las reglas tradicionales. Esto les ha permitido ir más allá de la industria del papel y tinta con la ayuda de múltiples identidades corporativas colocándose así entre los principales contratistas de gobierno—los récords de la Oficina de la Contralor revelan que los contratos con el GFR de estos 10 años tienen un valor de más de $90 millones.

Esta suma, sin embargo, se cuadruplica a más de $400 millones si se toma en cuenta la controvertible emisión de bonos de AFICA por $130 millones en el 2001 para la adquisición de una nueva imprenta, la restructuración de un préstamo de $23.3 millones de la desaparecida Puerto Rican Cement que le ocasionó una pérdida de $9.1 millones al Banco Gubernamental de Fomento, así como los lucrativos contratos con una serie de empresas las cuales controla o tiene interés importante el Grupo Ferré-Rangel, uno u otro miembro de la familia o Advent-Morro Equity Partners, una banca privada de inversión fundada por el esposo de la presidenta de GFR. Entre estas empresas se encuentra el Banco Popular, Medical Card Systems (MCS) y las Empresas Santana.

Tal aluvión de fondos públicos es en sí un recordatorio irónico de la batalla del GFR a principios de la pasada década contra el entonces gobernador Pedro Rosselló a quien la familia Ferré acusó de usar las pautas de anuncio como medio de censura, citando frecuentemente la Cláusula 7 de la Declaración de Chapultepec de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) la cual, entre otras cosas, establece que “la concesión o supresión de publicidad estatal, no deben aplicarse para premiar o castigar a medios o periodistas.”

Pero en San Juan la advertencia de la SIP parece haber caído en oídos sordos. Por ejemplo, en agosto de este año la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) renovó y subió a $9.2 millones un contrato del 2009 con El Día Directo para manejar todas las llamadas de servicio al cliente de esta agencia de gobierno a razón de una tarifa de $18.25 la hora por operador. Del 2002 en adelante, esta subsidiaria de El Nuevo Día figura con otros $53 millones más en contratos gubernamentales.

El contrato firmado en el 2009 por el presidente de la AAA, José Ortiz, se supone que esté en vigor hasta el año 2015, pero ya parece haber tenido sus beneficios. La cobertura en los medios que controla GFR de tanto Ortiz como de la AAA se destaca por positiva, de acuerdo con los archivos electrónicos de ambos periódicos.