Tradición para estrenar juguetes
 Cada Navidad el Parque Muñoz Rivera se llena de niños y juguetes

 

En lo que ya se ha convertido en un rito boricua, muchas familias llevaron ayer, Día de Navidad, a sus hijos, nietos o sobrinos al Parque Luis Muñoz Rivera en San Juan a disfrutar con sus juguetes. Tito Guzmán

Todos los años, la familia de Emma Soto pasa el Día de Navidad en el Parque Luis Muñoz Rivera de Puerta de Tierra. Así que ayer, hermanos, tíos, abuelos y nietos llegaron temprano en la mañana para estrenar los juguetes que dejó Santa Claus.

“Esto ya es tradición. Mi mamá nos traía a nosotros, nosotros trajimos a nuestros hijos y ahora andamos hasta con los nietos”, expresó Soto.

A su lado, su sobrina, Gionaily Borrero de 11 meses, corría sobre un pequeño carrito motorizado color rosa. Su otra sobrina y su mamá seguían de cerca a la pequeña que aceleraba el carrito como toda una experta.


“Lo está corriendo bien fácil, cualquiera diría que es más grande. Se va un poquito de lado, pero se lo está gozando”, afirmó la riopedrense.

Aunque menos concurrido que en años anteriores, decenas de familias se levantaron temprano ayer para estrenar las bicicletas, carritos de control remoto, patinetas y hasta para pasear por primera vez a las muñecas que amanecieron debajo del árbol de Navidad.

“Nosotros pensamos que esto iba a estar más lleno, el año pasado a esta hora estaba lleno, pero hoy está vacío”, expresó Yahaira Fernández mientras su hijo de 3 años, Rey Javier, corría en reversa un “jeep” eléctrico color verde fosforescente.

“Me soprendí cómo lo corre. Es el primero que tiene y en casa no lo quería correr, pero una vez llegamos aquí aprendió a correrlo en nada”, aseguró la orgullosa madre.


Con bicicletas y videojuegos

Haciendo carreras en sus bicicletas nuevas, Valerie Fermaint y su primo Julián pasaban a toda velocidad a los niños más pequeños que apenas estaban aprendiendo a correr sobre dos ruedas.

“Siempre venimos aquí a estrenar los juguetes nuevos. Es un día familiar, hoy todo es de ellos. De aquí nos vamos horita a comer algo y volvemos a casa a jugar con los (juegos electrónicos de la consola) Wii”, manifestó el papá de Valerie, Alexis Fermaint.

Y es que a juzgar por los regalos que recibieron los niños en el parque, Santa Claus este año hizo un balance entre los juguetes para disfrutar al aire libre y los videojuegos.

Felices con sus nuevas bicicletas, los hermanos James, Janlee y Joseph corrían uno detrás del otro mientras su padre, Roberto Rosado, se mantenía atento a un posible accidente.

“Horita tuvieron un pequeño choque, la nena se tropezó con uno de los hermanos. Santa les trajo una bicicleta a cada uno y el Wii y los juegos son para que los compartan entre los tres”, indicó Rosado, mientras sostenía una bicicleta roja y negra para que Joseph, de 6 años, pudiera subir en ella.


Ni la lluvia los detiene

Santa Claus también tomó en consideración la seguridad de los niños, pues a Franklin Fabián Pizarro no sólo le regaló una versión para él correr del carro “Rayo McQueen”, sino también su casco y protectores para los codos.

“Siempre lo traemos un ratito para que juegue. Anda con casi todos los juguetes que le trajo Santa Claus en el carro, así que seguiremos por ahí después”, dijo su madre, Marilyn Colón.

Poco antes del mediodía, un repentino aguacero obligó a los padres a correr con sus niños en un brazo y los regalos bajo el otro. Muchos encontraron resguardo en el Pabellón de la Paz, donde los niños retomaron sus juegos como si nada.


“Esto está flojo”

No obstante, no todo fue algarabía entre los visitantes del parque. Tres horas después de ubicar su carrito en el lugar de siempre, el piragüero Luis “Cocodrilo” Domínguez apenas había vendido una piragua.

“Un día como hoy hace años, este parque estaba lleno de nenes, de bicicletas, pero hoy no hay nada. Es casi mediodía y esto está flojo”, aseguró el vendedor, quien lleva 34 años trabajando en el mismo parque.

Según recordó, en otras ocasiones podía vender $200 en una mañana, pero ayer sólo había vendido $2.