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El sonero Joe Quijano debería llamarse Jesús

 

JOE QUIJANO ES uno de los creadores de la salsa. No ha cantado en Medellín. Suele venir, pero a chequeos médicos. Primero en grabar temas de Tite Curet Alonso, trae un nuevo disco con lo inédito de este compositor.


22 de enero de 2012
 
Por John Saldarriaga 

www.elcolombiano.com

"Comencé con los palitos a los cinco años y ahora, que tengo 76, sigo con los mismos palitos". Quien habla es Joe Quijano. Y los palitos a los que alude son la clave, el instrumento con el cual marca el ritmo de la música antillana. Es uno de los precursores de la salsa.

Este hombre, coronado del infaltable sombrero, está por estos días en Medellín, aunque no cantando: se sometió a una intervención quirúrgica más, esta vez de hernia de columna, tras el accidente en una motocicleta en 1990, que le ha traído más de una vez a la capital antioqueña, en busca de quirófanos paisas.

Sentado en la silla principal de la sala de su amigo y representante Salvador Gómez, quien lo acoge por estos días de convalecencia, Joe habla con humor boricua. "Mi papá se llamaba José; mi mamá, María; yo nací en un pesebre. No sé por qué no me llamo Jesús".

Añade que en su casa todos los hombres se llaman José: él, su papá, su hermano menor, su hijo...

Y, hablando en serio, dice que es Quijano como el Quijote, y Esteraz, su segundo apellido, es de origen alemán, solo que el de su abuelo se escribía Esterauz, y con el tiempo se fue españolizando y perdiendo la u.

Hasta los cinco años vivió en Puerta de Tierra, municipio cercano al viejo San Juan, en donde nació el 27 de agosto de 1935.

Recuerda que en su pueblo tocaba con "los palitos estos en una esquina y la gente me iba dando mis chavos".

Toma de la mesa de centro, en la cual también hay un portarretratos con su imagen, una clave decorada con bandera puertorriqueña. Y toca allí sentado y se mueve como si por dentro de su cabeza estuviera imaginando una gran fiesta.

Sigue tocando y me invita a cerrar los ojos. Me pregunta si siento una cosquilla ascender desde los pies y recorrer todo el cuerpo. Al asentirle, sentencia: "¡entonces, eres sonero, mi hermano!"

Su padre decidió, en 1941. irse con su familia para Nueva York. Allí estaban llegando personas de muchas partes del mundo a buscar trabajo en las factorías, ya que los hombres jóvenes de Estados Unidos se habían ido a la segunda Guerra Mundial.

Primero llegaron los irlandeses; después, los italianos y "como los puertorriqueños llegamos de últimos, nos humillaban y nos insultaban. Más de una vez me tocó defenderme de los otros niños tirándoles piedras. Yo tenía buena puntería porque durante mis primeros años, en la isla, como no había juguetes, los muchachos nos divertíamos poniendo una botella a cierta distancia para tratar de quebrarla arrojándole piedras. -Sonríe malicioso al evocar. Y añade:- en Nueva York, cuando vi la nieve, mis piedras fueron de hielo".

Primeros guisos
A los quince años integró su primer grupo y realizó sus primeros "guisos", como les dicen los antillanos a esos bailes iniciales en los cuales los intérpretes muestran su sazón musical. ¿Y quiénes eran los otros cocineros? Nada menos que el timbalero Orlando Marín, el pianista Eddie Palmieri, el conguero Chiqui Pérez y el cantante Larry Acevedo.

Era la época en que también surgían Machito, Tito Puente, Tito Rodríguez.

"Todos íbamos a Cuba a buscar los ritmos musicales para encontrar nuestros sonidos. Allá está la mata; Cuba es la raíz de todos esos ritmos que se extendieron por el Caribe y llegaron a Suramérica. Y claro, también yo viajé a Cuba, en 1956, y encontré La Sonora Matancera y la Orquesta Aragón y regresé encantado con esos sonidos. Por eso, mi música es fácil de identificar: una combinación de ambas: dos trompetas, como La Sonora; dos flautas y voces corales, como Aragón".

Después de algunos años, armó su propio conjunto, Cachana. El hombre que nació en un pesebre decidió rendirle, con el nombre de su orquesta, un homenaje a un tío suyo, líder de obreros de muelle, a quien apodaban de esa manera: Cachana.

"Y ese tío, seguramente también se llamaba José", le dije.

"No -contestó riendo y cambiando el pie que tenía montado sobre el muslo contrario-. Se llamaba Nicasio Quijano Melsa".

Y con ese grupo fue que le enseñó a todo el mundo a diferenciar entre pachanga y charanga, con esa canción La pachanga se baila así, en la que explica que la charanga es la orquesta y la pachanga es el ritmo.

Esa canción, según Quijano, la compuso en el sótano de la casa de Charlie Palmieri y este, al oirlo tarareando esos versos, le hizo la música en su piano. "Charlie ha sido mi arreglista".

Hay una discusión en el barrio de cómo se baila la pachanga.

Hay una confusión en el barrio se creen que charanga es pachanga.

Una charanga es la orquesta que está de moda

y una pachanga es el baile que se baila ahora.

¿Qué quiere decir Cachana? Ni siquiera Quijano lo sabe. Pero en este punto interviene Salvador Gómez, su anfitrión. Señala que Cachao era el tipo bien vestido, y que al tío del Joe, Nicasio, también era reconocido por este aspecto y, tal vez, eso tenga relación con cachana. Y en nuestro medio, al tipo bien trajeado le dicen cachaco, y las tres palabras tienen la misma raíz.

"No lo aseguro, pero tal vez cachana tenga que ver con esto", señala Salvador.

Después vendrían los "guisos" en hoteles lujosos de Estados Unidos y las giras por el continente y el Caribe. Por unos años fue director de la Agencia para la Rehabilitación de Adictos a las Drogas, Lucha.

Fania, un monopolio
Joe Quijano creó el sello Cesta Records en 1957, seis años antes que Jerry Masucci y Johnny Pacheco fundaran el sello Fania, pero ellos "se agarraron de la palabra salsa y me dejaron fuera de la jugada".

Cuenta Quijano que el abogado Jerry Masucci quiso comprar el sello Cesta, como fue comprando casi todas las marcas disqueras de la música latina, para crecer su monopolio.

Sin embargo, revela Quijano, no ofreció una suma de dinero que alentara a nuestro personaje a venderle, a pesar de que tenía, aparte de sus propias producciones, las de artistas como Charlie Palmieri, José Fajardo, Chocolate Armenteros, Al Santiago, Cachao y otros.

El hombre de Puerta de Tierra dice: "ya Fania hizo todo lo posible con su música: ha hecho todas las combinaciones, selecciones y repeticiones. En cambio, las 460 canciones mías, incluidas en 35 trabajos discográficos, son originales, sin repeticiones ni mezclas modernas".

Quijano trae disco nuevo
Joe Quijano ha estado muchas veces tocando en Colombia.

La primera vez fue en 1977, cuando se presentó en Cali. Después de eso, en ciudades grandes y medianas. No sabe cuántas veces ha cantado en Barranquilla.

En Medellín también ha estado varias veces... pero no cantando, sino tendido en mesas de cirugía.

Sí, jamás se ha presentado con su música en Medellín. Es verdad que estuvo algunos años alejado de las presentaciones, por culpa de ese maldito accidente de tránsito, pero los empresarios de las otras ciudades sí han estado atentos para contratarlo.

Esta visita a Medellín es diferente. No se ha contentado solamente con someterse a la inexorable tiranía de sus dos médicos, Orlando Garcés Picón y Pedro Correa Viloria, cuyas manos mágicas suele buscar, sino a presentar un disco compacto que trae bajo el brazo y lo tiene contento como si fuera el primero de su carrera.

"Hace menos de dos años estaba esculcando cosas viejas y me encontré un casete que me entregó Tite Curet Alonso en los años 50, cuando todavía nadie le paraba bolas como compositor.

"Ese casete contenía ocho canciones suyas. Me dije. Tengo que grabarlas. Son inéditas y el mundo tiene que conocerlas. Invité a Marco Antonio Muñiz, a Cheo Feliciano, a Andy Montañez, a Ismael Miranda... cantantes que han grabado temas de Curet, pero nadie me hizo caso.

"También le dije a Rubén Blades, pero no atendió la invitación, tal vez porque le dije que su Pedro Navajas tenía mucho parecido a Mack The Knife, de Frank Sinatra y Jimmy Buffet, y quizá le haya molestado el comentario".

"Ah, pero todo salió mejor. Encontré a Augusto Onna, un cantante buenísimo, y con él hicimos el disco. Le añadimos Efectivamente, el primer tema de ese compositor que yo grabé en mi vida; una descarga llamada Homenaje a Tite Curet Alonso, y otro tema mío de un minuto de duración que se llama El que se fue, se fue". El disco se llama ¡¡¡50 años después!!! Lo inédito de Tite Curet Alonso.

Curet era periodista. En la década del cincuenta escribía una columna en un periódico, al final de la cual decía: escríbanme al 7737 del barrio Obrero. "Y yo le escribí". Por eso Quijano fue el primero en grabar una composición suya, esa que ahora incluye en el nuevo disco. Después, Curet se convertiría en uno de los principales compositores de América, con más de mil canciones escritas.

En fin, son ya sesenta años de carrera musical y setenta de vivir en Nueva York. Un dato curioso: Quijano mide parte de su existencia por esposas: ha tenido cinco. Por ejemplo, para precisar el año en que empezó a grabar salsa balada, recuerda que estaba con su primera esposa, de modo que corría el año 1959. "Ahora estoy soltero y buscando... pues con 76 años me quedan algunos cartuchos por quemar ¿o no?"