Escenario fiscal sombrío para la Legislatura

Recortes de la Junta de Supervisión Fiscal forzarían despidos y el cierre de dependencias como la Superintendencia y la Oficina de Servicios Legislativos


Viernes, 11 de diciembe de 2020
El Nuevo Día  
JAVIER COLÓN DÁVILA

El presupuesto que la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) propone para Asamblea Legislativa, el próximo año fiscal, colocaría fiscalmente contra la pared a esta rama de gobierno y la forzaría a hacer ajustes dramáticos en la nómina, advirtió el administrador de la Cámara de Representantes, Moisés Cortés.

La propuesta incluso podría provocar la eliminación o reducción sustancial de las operaciones de la Superintendencia del Capitolio y de la Oficina de Servicios Legislativos (OSL), añadió Cortés.

La JSF anunció, el 17 de noviembre, que el presupuesto proyectado para la Legislatura sería de $84.7 millones, lo que representaría una merma de $11.2 millones al compararlo con el vigente. El informe de ingresos y gastos corriente tiene cuatro grandes partidas: Senado ($24.9 millones), Cámara ($32.5 millones), Superintendencia (8.9 millones) y OSL ($6.6 millones).
También, se incluyen $20 millones para el Fondo de Donativos Legislativos, así como asignaciones menores para el presupuesto de comisiones conjuntas y la operación de varios internados.

El Senado ha visto una reducción de $15.8 millones en su presupuesto desde el año fiscal 2016-2017. Asimismo, la Cámara ha tenido una merma consistente en su asignación presupuestaria hasta reflejar una reducción de $15.1 millones al comparar el vigente con el último año de presidencia de Jaime Perelló.

"Si la Cámara y el Senado no llegan a un acuerdo, a partir de enero la Junta va a trastocar ese presupuesto y, si no presentan un plan para eliminar OSL o la Superintendencia, la Junta va decidir cómo se van a distribuir los $84.7 millones", dijo Cortés, al referirse al presupuesto proyectado para el año fiscal 2020-21. "Pero la Asamblea Legislativa tiene la alternativa de hacer una distribución que podría contemplar la eliminación de la Superintendencia u OSL. Si no, van a trastocar el
presupuesto de la Asamblea Legislativa y los cuerpos legislativos solo podrían operar de manera parcial", agregó.

La Superintendencia del Capitolio da mantenimiento y gerencia a los proyectos de remodelación en todos los edificios del distrito capitalino. Según Cortés, no existe otra entidad capaz de atender las responsabilidades que ahora maneja la Superintendencia.

Por su parte, OSL, en teoría, ofrece servicios a todos los legisladores de estudios, análisis e investigaciones en el contexto del trabajo legislativo. También, opera el buscador público de medidas legislativas. No obstante, críticos de cómo la Legislatura ha distribuido su presupuesto han
objetado específicamente las partidas que se designan para contratos por servicios profesionales y han señalado que la OSL es subutilizada, ya que el liderato de los principales partidos ha preferido otorgarles jugosos contratos de seis cifras a asesores legislativos en vez de utilizar a los empleados de esta oficina.

Cortés indicó que quienes ocupen las presidencias legislativas a partir de enero deberán negociar con la JSF.
"A nivel de una operación a tiempo completo, sería inoperante. La reducción (en presupuesto) implica tener que considerar la eliminación de plazas, los puestos en las oficinas de los legisladores... se trastocaría todo el trámite legislativo", insistió.