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Foto J. Ismael Fernández Reyes

Domingo, 6 de julio de 2008

Por Javier Colón Dávila/ El Nuevo Día


El Senado de Puerto Rico paga $2,331.66 mensuales por el alquiler de una oficina de 2,000 pies cuadrados que alberga el Instituto Puertorriqueño para la Asistencia Mutua con Cuba Democrática, un comité diseñado para trazar la política pública del Gobierno respecto a la “reapertura” de esa isla.

La oficina se ubica en el Edificio Freiría, al sur del Capitolio. El Instituto no se reúne desde principios de año, dijo uno de sus integrantes, el senador estadista Orlando Parga, quien mencionó que el ente se mudó a las oficinas “hace unos meses”.

El proyecto de ley para crearlo fue presentado por Parga y el presidente del Senado, Kenneth McClintock, cuando se fortalecieron los rumores sobre la muerte del ex presidente cubano Fidel Castro.

¿Pensaron en el espacio que requería la oficina? “Eso es un detalle administrativo. Al proponer una ley, uno no se puede ir al detalle de dónde va a operar una oficina”, respondió Parga. 

Otro caso es el de la Comisión Conjunta Sobre Informes del Contralor, la cual funciona en un inmueble por el que se paga un arriendo mensual de $4,165.

Entre el Senado y la Superintendencia del Capitolio, el gasto mensual en alquileres asciende a $30,836. La Cámara no había presentado su información de alquiler al cierre de esta edición.

La polémica por los edificios que posee la Legislatura saltó a la palestra la semana pasada, cuando la Asamblea Legislativa autorizó la adquisición de un nuevo edificio por un valor de $8.6 millones. Si bien el Gobernador dijo hace dos días que vetaría su compra, los presidentes de los cuerpos legislativos, McClintock y José Aponte Hernández, justificaron la transacción indicando que hay hacinamiento en el Capitolio y en los edificios aledaños.

Además, coincidieron en la necesidad de crear un “distrito capitolino” para que las estructuras cercanas sean propiedad de la Asamblea Legislativa.

Pero mientras ellos justifican esa compra, el superintendente del Capitolio, Eliezer Velázquez, presenta otra cara del “distrito capitolino”. Durante un recorrido con El Nuevo Día, Velázquez dio cuenta del estado de abandono que presentan mucho de los edificios en manos de la Legislatura. 

Afirmó que hacen falta $18 millones para habilitar el Edificio de Medicina Tropical, una estructura azotada por la dejadez y el salitre, y otros $8 millones para rehabilitar el edificio Luis Muñoz Marín (antes conocido como Medical Arts).

En este último, el moho es rey, muchas ventanas carecen de cristales y continuamente se desprenden trozos de concreto a la acera, dejando enormes grietas en las paredes, al tiempo que amenaza la seguridad de empleados y ciudadanos.

El Capitolio no escapa al deterioro. Actualmente se pueden ver varios tablones de madera en el techo. “Es un trabajo de mantenimiento, se están limpiando los arcos de bronce por filtraciones severas en el área norte y este”, explicó el ingeniero a cargo de los trabajos, Álex Martínez. “La falta de mantenimiento por años se fue agravando”, dijo al señalar cristales rotos por el paso de huracanes.

La antigua sede de la Comisión Estatal de Elecciones, construida en 1938, también tiene defectos estructurales, particularmente en dos oficinas del segundo piso, donde los plafones desprendidos y la cablería suelta amenazan la seguridad del visitante.

Las oficinas están clausuradas hace más de un año. “Este edificio tuvo un desprendimiento de techo y la recomendación es que tenemos que demoler todo el techo”, dijo Velázquez.

A pasos de allí, el edificio Medical Arts, construido en la década de 1930, muestra cómo la corrosión y los desprendimientos de concreto afean lo que fue un majestuoso edificio de cuatro pisos y una terraza.

“Este edificio tiene muchas grietas y si remueves algunos plafones verás la deficiencia estructural que hay”, dijo Juan Carlos Quiñones, ayudante de Freddie Vélez, secretario de administración del Senado. 

La estructura del Senado alberga la Comisión de Salud y los departamentos de finanzas y recursos humanos. 

“Para poder rehabilitarlo por completo vamos a tener que cerrarlo, alquilar un edificio y buscar algún sitio donde mover la gente”, dijo Velázquez.

De hecho, los visitantes de Medical Arts son protegidos de los desprendimientos de concreto por cuatro techos de madera ubicados en la entrada. 

La situación no cambia desde el 2006, cuando este diario reseñó el problema.

El presidente de la Cámara, Aponte Hernández, no estuvo disponible para entrevista. Su portavoz indicó que se encontraba ocupado con trámites del cuadre fiscal.

McClintock sí respondió.

“No creo que estamos expandiendo en espacio. Sí he recomendado… favorezco que la Legislatura pueda recomponerse en espacios más cercanos al Capitolio”, afirmó.

Recordó que no tiene injerencia sobre la cantidad de empleados que pueda contratar un legislador, ya sea para su oficina o para alguna comisión que presida. 

“Si quieren tener una situación de oficina hacinada, eso es problema de ellos”, dijo.

El Capitolio fue inaugurado en 1929 con 39 representantes y 19 senadores. Actualmente hay 51 representantes y 27 senadores. Respecto al personal administrativo, el Senado posee una plantilla de 380 trabajadores y la Cámara 276.