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Retos y oportunidades para el Archivo General
Viernes, 11 de diciembe de 2020
El Nuevo Día


Por Joseph Harrison Flores
Director Archivo Digital de Puerto Rico

 

El 18 de diciembre de 1955 se creó el Archivo Genera] de Puerto Rico con el rol fundamental de ser custodio de los documentos públicos con valor histórico, legal, administrativo o informativo. La necesidad de conservar en una sola institución los documentos de importancia para el país dio pie al establecimiento del Archivo, que en su origen estuvo a cargo de la Universidad de Puerto Rico. Paralelamente, la política cultural del Partido Popular dio paso a la creación del Instituto de Cultura Puertorriqueña, con la misión de conservar, promover y promocionar los valores culturales del pueblo de Puerto Rico, pero primariamente lo indígena, negro y español. Cónsono con dicha misión cultural, en 1959 se transfiere la administración del Archivo al Instituto de Cultura Puertorriqueña, situación que se mantiene hasta el día de hoy.

La relación Archivo-Instituto no ha permitido que la Institución pueda crecer de manera independiente y está sujeto al control presupuestario y de política pública que se le impone por ser una dependencia o división de una institución en crisis. La misión cultural del Instituto de Cultura se impone sobre el rol de conservación y divulgación de documentos que tiene el Archivo, creando una situación de conflicto donde el subordinado históricamente ha salido perdiendo.

El Archivo está obligado a mantener una relación directa y constante con las agencias, corporaciones y municipios del gobierno de Puerto Rico. Lamentablemente, como cuerpo rector del Programa de Administración de Documentos Públicos establece reglas, pero no dirección. Para poder tener éxito en este ámbito, se tiene que aumentar la capacidad tecnológica de la institución. Falta reconocer que el número de documentos físicos del pasado es finito, pero la dimensión y cantidad de los documentos que nacerán digitalmente son una incógnita. La administración y conservación de los documentos del futuro será tan fácil como la capacidad tecnológica técnica de la institución y sus empleados.

El acceso digital a los acervos históricos y de importancia administrativa es cada día más vi-
gente. Los cierres prolongados del Archivo causados por el huracán María y el COVID-19 han servido de lección para demostrar la necesidad de lo que por años ha reclamado la comunidad de investigadores, el acceso digital. Para poder lograr este objetivo se requiere una política nacional de digitalización y de puesta en línea que permita aunar recursos, evitar la redundancia y medir el resultado.

La era digital presenta uno de los mayores retos que deberá enfrentar el Archivo. Por un lado, la producción, duplicación y transferencia de material digital histórico ofrece unas ventajas que si se aprovechan podrían alcanzar un nivel de conservación y divulgación de los documentos sin precedentes. Sin embargo, la sustitución del espacio de almacenaje físico por el virtual-digital requiere un nivel de inversión a corto, mediano y largo plazo que excede las posibilidades fiscales del Archivo. Es aquí donde la colaboración entre todas las ramas del gobierno y la capacitación archivística y organizativa del archivo puede rendir grandes frutos, permitiendo distribuir los costos entre todas las partes responsables y viabilizando la estrategia digital a largo plazo.

A sus 65 años, el Archivo no está en edad de retiro Todo lo contrario, se está renovando. Existe nueva sangre que está inyectando una nueva visión a la institución, lo que da esperanza de que en un futuro Puerto Rico cuente con un Archivo moderno, vigente e independiente que sirva al pais y a todos los ciudadanos que aquí residen.

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