Ing. Luis Padilla Santos


Por Bibiana Hernández Suárez


Ingeniero y abogado nacido y criado en el Residencial San Antonio de Puerta de Tierra. Nació el 10 de junio de 1942. Fueron sus padres el estibador guayamés Daniel Padilla y Juana Santos Izaga, ama de casa de Puerta de Tierra. Tuvo dos hermanos mayores, Víctor y Antonia, y dos hermanas menores, Betty y Gladys. Estudió en las escuelas Brumbaugh y Barbosa, y posteriormente ingresó a la Universidad de Puerto Rico, primero al recinto de Río Piedras y luego al recinto de Mayagüez.

La tía materna y madre de crianza de Luis, doña Alejandrina Soriano Izaga, a quien todos llaman cariñosamente "Aleja", compartió los recuerdos que guarda de su hijo-sobrino: "Cuando Luis tenía como ocho años, un Día de la Candelaria, unos muchachos le prendieron fuego a unas gomas de carro en la vía del tren, pero luego no se atrevían a apagarlo. Luis metió la mano tratando de apagarlo, y se quemó. Quedó casi impedido de su mano derecha para toda la vida", nos indica doña Aleja con nostalgia.

Pero ese accidente no fue obstáculo para que Luis continuara estudiando y manteniendo un excelente promedio académico, hasta llegar a ser admitido completamente becado al Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas (C. A. A. M.), actualmente conocido como Recinto Universitario de Mayagüez. Allí se convirtió en un excelente ingeniero, y años después logró graduarse como abogado también. Luis desarrolló toda su vida laboral en la Autoridad de Carreteras y fue también Presidente de la Unión de Trabajadores de dicha entidad gubernamental.

Además de su trayectoria estudiantil y profesional, Luis hizo historia en nuestro barrio, específicamente en el Condominio Falansterio. Durante años, Luis fue residente de dicho complejo de viviendas, el cual funcionaba como una cooperativa de inquilinos bajo una junta administrativa. En 1976 Luis fue electo presidente de la Junta de Titulares del Falansterio, y su primera gestión fue someter una resolución ante la asamblea de titulares con el fin de que cada residente tuviera en su poder las escrituras o títulos de propiedad de sus apartamentos. Dicha resolución fue aprobada por la Asamblea de Titulares y Luis se dio a la tarea de oficializar los títulos de propiedad de cada residente. Por esa labor no quiso cobrar ni un solo centavo, y él mismo, personalmente, le hizo entrega a cada inquilino, uno por uno, de su título de propiedad para ser firmado. En medio de dicho proceso Luis también tuvo que enfrentar firme oposición ante algunos residentes que pretendían cambiar el nombre del dueño del apartamento en la escritura original. 

Pero desde entonces el Falansterio es condominio privado con derecho a propiedad, y bajo la presidencia de Luis se le realizaron muchas mejoras a los edificios, tales como buzones seguros, pasamanos, pulido de paredes exteriores, portones adicionales, etc. 

Luis falleció el 17 de marzo de 1995. En su memoria existe un salón de reuniones en la Autoridad de Carreteras que lleva su nombre. Pero su legado académico, profesional y cívico es digno de ser imitado por las nuevas generaciones de Puerta de Tierra.